Existen ciertos objetos que, por ser especialmente valiosos, han de estar asegurados. Es el caso de las obras de arte. Por eso, todos los museos y las galerías de arte cuentan con seguros especiales.

El objetivo de estos seguros proteger todos los “tesoros” que albergan, ya que el arte está expuesto a sufrir desperfectos, robos y al deterioro que se produce por el paso del tiempo, entre otros contratiempos.

Muchas grandes aseguradoras comercializan estas pólizas, en especial para las grandes colecciones públicas y privadas, pero también hay pequeñas empresas especializadas en galerías y propiedades de particulares.

Coberturas de los seguros para obras de arte

Entre las coberturas que pueden incluir los seguros de obras de arte para museos, cabe destacar:

  • Transporte de las obras: es el principal motivo por el que cuadros y demás pueden sufrir desperfectos. Muchos museos y galerías prestan sus obras a otras instituciones y, aunque el transporte sea lo más cuidadoso posible, pueden producirse daños, que el seguro cubrirá.
  • Robos: a pesar de las más sofisticadas medidas de seguridad, pueden producirse robos, que estarán cubiertas por la póliza.
  • Daños materiales: todos los espacios están expuestos a que se produzcan daños materiales, cuya reparación cubrirá la aseguradora. Generalmente, también se incluyen los daños que puedan producirse por el fuego o el humo en caso de producirse un incendio.
  • Manipulación: aunque estén avisados, muchos visitantes de museos y galerías llegan a tocar las obras y dañarlas. Estas pólizas tienen en cuenta esta circunstancia.
  • Responsabilidad civil de restauradores de arte: cuando una obra se somete a una restauración, el proceso completo está cubierto por la aseguradora, que se hará cargo si se produce un desperfecto imprevisto.

museos

Estas pólizas incluyen un alto grado de personalización y las compañías saben adaptarse a la perfección a cada espacio y a la colección u obras en concreto. Incluso algunas de ellas ofrecen la tasación en el caso de colecciones particulares que no hayan pasado por manos de expertos. Se pueden contratar estos seguros para proteger una colección permanente, así como una exposición temporal, tanto si se trata de instituciones públicas como de empresas privadas o por parte de un restaurador o empresa de restauración.

Pese a ser pólizas especialmente diseñadas para museos e instituciones de arte, estos seguros existen también adaptados para colecciones privadas de particulares, pues muchos coleccionistas ‘amateur’ poseen obras de gran valor en sus domicilios. Y muchas personas, aunque no se dediquen al coleccionismo, también guardan en sus casas un patrimonio familiar que incluye objetos artísticos relevantes.